Cómo una ida a la playa se volvió una Wellness Party
- 20 abr
- 3 Min. de lectura

Desde mi cansancio extremo (la fiesta fue el miércoles, estoy escribiendo esto en sábado y aún me siento madreada) quiero compartirles (desde mi perspectiva) de dónde salió la idea de esta Wellness Party que estuvo rolando en redes por algunos días.
Cuando todo se fue al carajo
Como algunos ya sabrán, en febrero se me puso bien difícil la cosa: la cirugía de tobillo de mi hija por una fractura, atrasos en pagos, ansiedad, problemas de salud, diagnósticos no favorables y mucha incertidumbre. Eso me hizo encerrarme en mi cueva y, después de hacerme bolita, empecé a crear.
Al principio no sabía hacia dónde canalizar todo lo que estaba sucediendo, pero después fue muy obvio: terminar mi libro.
Qué experiencia tan increíble... y qué chinga también. No les voy a mentir: hacer un libro y pasar por todo el proceso de corrección, diseño de portada, sinopsis y publicación yo solita (ya les chismearé)—porque acuérdense que mi rasgo tóxico es que me creo la todolopuedo 3000— fue una locura.
Lo que se arma gracias al ocio creativo
En fin, terminé el libro y fue como: ajá... ¿y ahora qué?
Y pues, en ese estado de ocio total, recordé que no había subido Reels a mi Insta en bastante tiempo. Como me creo influencer, me puse a buscar algo para subir y encontré un video donde mojaba mis piecitos en el mar.
Dije: “pues va, subo esto” con el texto:
¿Y si todos los que la pasamos mal en febrero organizamos una ida a la playita nomás para remojar los pies en el mar?
Y después de subirlo pensé: pues que se arme.
La llamada a mi socio
Le pedí a mi amigo Freddy, el Dharma Coach, que nos viéramos para contarle la idea (y que sacara su terrenito en la playa, la verdad). La propuesta era sencilla: armar una ida a la playa con nuestros conocidos, llevar algo rico para comer y sacarnos mil fotos e historias para tener cosas qué subir tiempo después.
Y no solo me dijo que sí, sino que sugirió organizarlo juntos.
Aquí confieso que me preocupé un poco, porque mi compa y yo somos como el agua y el aceite: uno fluye en desmedida y yo sobrepienso a lo desgraciado. Pero algo en mí dijo: “va”, y pues... ¿qué creen? Se armó pinches NADA.
La realidad es que cada quien andaba en su rollo, y entre las diferencias creativas, la definición de fecha, que si le poníamos nombre, que si el flyer, que si los invitados... se nos fueron los días y se armó nadérrima.
Hasta que, de la nada, se dio la oportunidad de retomar el chisme y nos sentamos nuevamente a planear qué carajos hacer.
De la inspiración al concepto
Nos pusimos a buscar inspo, y así fue como llegaron las ideas que se transformaron en el concepto de una Wellness Party: una fiesta enfocada en el bienestar… pero con DJ, brunch, drinks coquetos y mucha convivencia.
Se lee inventadísimo, ¿no? Pues justo eso fue lo que me encantó.
Se lo planteé a mi socio, quien me dio una retro bastante efectiva y así fue como co creamos el evento (en esencia, porque nos faltaban chingos de cosas). Y entonces empezó el merequetengue.
La idea se volvió perfecta para dar a las personas un espacio donde crear, conectar y disfrutar (porque estos conceptos no tienen por qué estar peleados). Personalmente me encantó ver cómo este evento empujó a muchos a meterle nitro a sus proyectos para poder presentarlos ahí.
Se armó el team
Después de vueltas, propuestas, noches sin dormir y una que otra diferencia, nos dimos cuenta de que lo que estábamos planeando estaba demasiado cool como para dejarlo entre nosotros.
Para este punto, ya habíamos conocido gente bastante pro en sus emprendimientos, con mucho valor que aportar. Y fue así como se armó un team que llegó para quedarse.
No tienen idea de la chinga disfrutable que le metimos después de ahí: todos aportando ideas, emocionándonos, asustándonos, retroalimentándonos y, sobre todo, creyendo.
Y por eso creo que todo se dio de forma tan especial: porque así sucede cuando algo es genuino.
Lo que sigue…
Para los que se quedaron con ganas de poder asistir déjenme decirles que la segunda edición está más cerca de lo que creen… Y que vienen cosas padrísimas para ustedes.
Nunca sabes hacia dónde te puede llevar una crisis (o una falta de ideas para tu feed), así que te invito a abrirte a las infinitas posibilidades, compartir tus ideas con gente valiosa y crear entornos que te sumen.
Por aquí estaré escribiendo más sobre este y otros procesos que me llevaron a esta seguridad firme (inmamable, que le llaman) que hoy tengo.
Porque no fue de un día para otro, pero te prometo que cuando se da… se siente como magia.
Me encantó 😍estuvo súper genuino ✨✨✨👀que se repita 🤭